Hola León, los cuartetos de cuerda (y sus derivadas) son como la tortilla de patatas, una receta mágica y maestra insuperable. Tienen la complejidad, polifonía y narrativa sinfónica (con un abanico tonal, cromático y de contraste dinámico mucho más reducido) pero un equilibrio de voces, intimidad y sobre todo, una “sinceridad musical” que es muy difícil de encontrar en otros formatos, incluidos los sinfónicos, los cuales son más propicios a parpetarse en ese arsenal acústico que representa una orquesta.
¿Recomendaciones?, toneladas o miles de toneladas, allá donde mires encontrarás verdaderas joyas. Muchos compositores han dedicado gran parte de sus esfuerzos creativos a esta fórmula mientras que otros la han empleado de forma ocasional. En ambos casos los resultados son extraordinarios.
Sin pretender ser demasiado exhaustivo y atendiendo un poco al desarrollo del género yo te diría que Haydn es un gran comienzo (y final), realmente el creador de este tipo de conjunto (como también hizo con la sinfonía). Aunque Boccherini lo empleo antes, las reglas formales, expositivas y “sintácticas” del cuarteto de cuerda las establece y desarrolla Haydn. Beethoven es el primer gran revolucionario del formato, a la manera de cómo suele hacer las cosas, demoliendo y alterando los fronteras expresivas. Y no te hablo de los últimos cuartetos de cuerda que son un avance de dimensiones cósmicas, sino de la etapa intermedias (los Razumovsky ¡¡¡¡). De los últimos ni te hablo, parece como si se hubieran compuesto ayer mismo. Más moderno, dejando a un lado la escuela alemana (Viena) muy experimental pero de una transcendencia mucho más limitada y los impresionistas franceses el gran salto es Bartok, una especie de extraterrestre étnico. Difícil de encasillar, un método compositivo totalmente alejado de las corrientes conocidas, con una rítmica abstrusa y si no te haces a ellos, francamente inhabitables, pero a mi juicio muy influyentes en el devenir del género. Ahora mismo yo diría que es una época sin una corriente clara, más bien una heterodoxia formal y temática.
Pero esto no quiere decir que sean los que tienes que escuchar, la calidad de las obras no requieren de innovación para poder ser evaluadas.
Por decirte algunos que me llaman la atención (por una razón u otra) son los siguientes;
Haydn: Opus 17, Nº 4 en Do Menor. Haydn tiene casi 70 cuartetos de cuerda y yo diría que el 90% de ellos son magníficos.
Juan Crisóstomo de Arriaga; Sus tres cuartetos de cuerda. Este vasco que murió prematuramente antes de cumplir 20 años al que llamaban el Mozart español y al que hay que oír para creer como es posible elaborar composiciones tan elegantes y bien proporcionadas son solo 17-18 años.
Beethoven; Cualquier cosa de sus 15-16 cuartetos.
Mozart: Los Haydn y los Prusianos. Los Quintetos
Schubert: Todos, especialmente los últimos y los quintentos.
Felix Mendelson: El Nº 2 y el 6. Y ya que estás aquí échale un vistazo al octeto de cuerdas
Anton Bruckner: El cuarteto y el quintento.
Los dos de Borodin y el 1º de Smetana
Más contemporáneo
Los 6 de Bartok
Los 15 del Brasileño Villa-Lobos
Los 15 de Shostakovichs
Los 7 de Martinu. El intrigante primer cuarteto llamado “Tres Centauras” compuesto con solo 12 años (????)
Los dos de Janacek
Los cinco de Elliot Carter.
El de Ravel y el de Sibelius.
Pero vamos, hay diez mil listas como estas a la que podrías echar mano sin temor a equivocarte.
También tienes otra opción. Si todavía no estás muy enganchado puedes huir, esto es una adicción muy peligrosa.
Saludos



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