Vivaldi en esteroides, visceralidad descarnada. Instrumentos de época, mucho Obligatto y más Coloratura, tempo implacable y gimnasia vocal arrebatada (aunque no tanto como en su Agitata da due Venti. Léa Desandre pone toda la carne en el asador y salda todas sus cuentas. El Barroco más furioso y descarnado. Demasiado vibrato para mi cuerpo.



Una letra por la que hubiera asesinado Megadeath

Saludos