Bueno, ya ves que yo no soy Sonny, pero como mi nick indica, soy la persona idónea para responderte. Es una película redonda, que va de boxeo sin ir de boxeo. Éste es sólo una excusa para hablar de las pasiones humanas, de las grandezas y de las miserias. De la soledad, del amor, y sobretodo del dolor y del sufrimiento.
Maggie Fizgerald es una mujer que ha esperado demasiado a que llegue su oportunidad, aunque la ha buscado desesperadamente y a costa de su supoervivencia. Ella no sólo quiere ser boxeadora profesional, quiere ser la campeona del mundo, y sabe que eso sólo puede conseguirlo si Frankie Dunn la entrena. Pero el tal Frankie es más que reacio a entrenar a mujeres. Y ahí empieza su lucha por el título, en su penoso camino hasta él. A través de ese largo camino, la película nos presenta a unos personajes fuertes, tremendamente solos y faltos de aquello que el otro (y sólo el otro) puede proporcionarles: Frankie necesita recuperar a la hija que perdió, y Maggie a ese padre que murió. Y ahí es donde el remolino se desboca. En el rostro de Hillary Swank, un ángel de granito que rezuma la ternura de quien lucha, lucha, lucha, lucha, porque sabe lo que desea con todo el corazón. En el rostro de un espectacular Morgan Freeman... que lo llena todo con su presencia y con su voz de Dios. Imposible no reparar en ese gigante. Y sobretodo, en el rostro de un Clint Eastwood vivido, curtido y a la vez vulnerable, con el corazón puesto al aire, para que los demás disfrutemos de él. IMPRESIONANTE.
No sé qué estás esperando a verla. Pero te confieso una cosa: te envidio, ojalá yo pudiera volver a ver Million Dollar Baby por primera vez. Sería un regalo maravilloso.