Lo de la bajada de precios a mí me parece maravilloso... aunque joda

Para tomar una decisión en este sentido hay que valorar:

a) Qué es lo que realmente "necesito", es decir, qué cacharro es el que cumple con mis expectativas. Si puedo hacer treinta conexiones, si lee todos los formatos, potencia, etc.

b) Cómolo puedo conseguir más barato o con un mejor servicio post venta.

c) Cuándo "necesito" o quiero hacer la compra. Aquí nos tenemos que plantear si somos forofos de la electrónica o cacharrófilos si hay en el horizonte perspectivas de salida de nuevos equipos que supongan sustanciales ventajas con los actualmente existentes.

d Cuánto me puedo gastar. Obvio.

d) Dóndelo voy a instalar.

e) De quién me fío a la hora de pedir consejo.

Ahora estas preguntas tienen más fácil respuesta, gracias a la competencia, que propicia productos buenos, bonitos y baratos y a Internet que permite que la información circule hasta el último rincón del plantea. La mala noticia es que la mayoría de los productos son para un uso temporal limitado, bien por estar construidos sin demasiado rigor, bien por su pronta obsolescencia.

Mis conclusiones al respecto es que lo mejor es:

a) Plantearse qué es lo que te comprarías si no tuvieras límite presupuestario.

b) Estudiar el segmento de productos incluidos en tu rango presupuestario y elegir aquellos que más se aproximen al que resultaría del punto anterior.

c) Procurar evitar siempre el último grito o el top de cada categoría. Sueles pagar un plus excesivo. En este punto lo más sensato en mi opinión es elegir el segundo producto de la categoría elegida. Procurar que sean los últimos modelos o si se prevén que van a salir nuevos, esperar su llegada o aprovechar para comprar los "antiguos" en liquidación. Por otra parte es increíble lo barato que puedes conseguir en el mercado de segunda mano productos impecables.

d) Evitar la ansiedad por lo último. Esto sólo lo consigues cuando disfrutas realmente con tu equipo. Entonces de repente te das cuenta que es mejor invertir en música y cine que en equipos.

En definitiva, se trata de disfrutar de lo que se tiene y cuando se pueda, cambiar por otros componentes, siempre que el cambio merezca la pena de verdad, que muchas veces no hay sino sugestión.