Se centraron en tres aspectos fundamentales:
Ángulo de visión y cross-talk
Brillo
Resolución en modo 3D
En relación al cross-talk, se pudo observar que es bastante bajo en dirección horizontal para ambos tipos de gafas, pero en vertical, es mucho mayor para las gafas pasivas en cuanto superemos los ±15°. De ello se deduce, que en sistemas pasivos es de mayor importancia el correcto emplazamiento tanto del televisor, como de la audiencia para lograr un buen efecto 3D
Sobre el brillo, la diferencia es más que clara, ya que por el tipo de “sustrato” empleado en las gafas activas, este es 3 veces menor que el que se puede observar en un sistema de gafas pasivas. Afortunadamente, el ojo humano se adapta a esta escasa iluminación, por lo que finalmente no se nota tanto. De cualquier forma, unas imágenes más brillantes, aseguran una representación mejor y más fiel de la imagen en 3D.
Por último, sobre la resolución ya supondréis quién lleva las de perder: efectivamente, los sistemas pasivos, puesto que por para poder representar imágenes diferentes para cada ojo, deben sacrificar la resolución vertical. Así en un sistema pasivo, una imagen original de 1920 x 1080 píxeles, se nos queda en modo 3D en tan sólo 1920 x 540 píxeles, mientras que por el contrario los sistemas activos logran mantener la totalidad de la resolución para cada ojo.
Lo que no se dice en el estudio, es que las gafas 3D de los sistemas pasivos cuestan como 10 veces menos y no necesitan prácticamente mantenimiento, por lo que quizás esa diferencia de precio, compense con creces las pequeñas deficiencias de su funcionamiento.
Vía: TCO