La afirmación de que la ignorancia es fuente de felicidad es tan vieja como la humanidad.
Pero cabe preguntarse si en muchos casos la ignorancia no es sinónimo de insensibilidad. Y esa caracteristica ya no es tan envidiable.
El individuo sensible sufre más, pero tambien disfruta exponencialmente con las cosas buenas que nos ofrece la vida.
En cualquier caso, la mayor o menor sensibilidad no es elegible, se nace con ella.
Tu mismo la tienes y has empezado a padecer sus efectos negativos. Pero el día que encuentres la TV que llene tus expectativas disfrutarás como nadie. Y para nada habrás de envidiar a esa pareja arquetípica que se conforma con cualquier cosa.
La humanidad ha progresado, precisamente, gracias a individualidades inconformes. De lo contrario, andaríamos todavía en las cavernas.
No hay día sin noche, ni placer sin dolor. Acostumbraté a esa dicotomía y sigue buscando el inalcanzable Dorado de la televisión perfecta.
saludos