Yo la verdad es que no veo con pesimismo o como una tragedia que la tecnología avance, que se produzcan novedades, que cada no mucho tiempo surja algo más refinado, se avance un paso hacia una mayor gloria audiovisual. Al revés, me parece apasionante y que, en definitiva, redunda en el placer y satisfacción que podemos extraer de la tecnología del siglo XXI.

Y más teniendo en cuenta que el abanico de modelos de televisores hoy en día, en un rango de precios más o menos normal, pongamos de 400 a 3000 €, equivale al sueldo de un mes o como mucho dos meses. Recuerdo cuando mis padres se compraron la tele en color... Aquello sí que era una pastón impresionante para el nivel de vida de la época.