Cita Iniciado por alexpotterweb Ver mensaje
Pues yo tengo una QLED con HDR10+ y con el HDR10+ puesto, solo lo he calibrado para que no brille tanto, vamos adaptado a mis ojos y creo que se puede hacer sin guía, tan solo con el gusto personal, si quieres ver colores más apagados o si quieres ver algo de color intenso, etc.
Por supuesto, cada uno puede hacer con su televisor lo que le venga en gana, pero la finalidad de estos patrones es precisamente sacarle el máximo jugo al televisor, o buscar sus puntos flacos, que todos lo tienen.

Respecto a lo que tú denominas HDR10+, comentarte que ese modo no es un verdadero HDR10, es una simulación que se hace sobre la señal original, por lo tanto la estás alterando. Por otro lado, la guía deja bastante claro algo que yo siempre he dicho, que el BRILLO en modo HDR nunca hay que tocarlo, porque destruye el algoritmo que hace cualquier televisor para adaptar la imagen original al display.

Por otro lado "calibrar para que no brille tanto" en HDR, es como si en SDR pones la luz retro o luz oled al mínimo y te quejas de que no ves un pimiento. En HDR necesitas un pico de brillo muy alto porque las imágenes se masterizan con ésto en cuenta, aunque luego cada televisor haga su ajuste de "tone mapping", hoy día necesario porque ninguna llega a los diferentes estándares.

Por eso, por norma, en cualquier televisor que salte el modo HDR, éste tratará de ofrecer la mayor cantidad de luz posible. Eso no significa que las imágenes serán más luminosas. Lo serán donde deben serlo. Un IRE 100 dentro de la escala 0-1000 dará exactamente esa cantidad precisa de luz (si el televisor está correctamente ajustado). El grueso de una imagen en HDR está dentro de 0-400 nits, dejando los 500-600 para escenas contra, nubes, etc, y superando los 700 para reflejos especulares, brillos, luces, etc.

Tal y como sucede en la vida real, si sales a la calle con un medidor de espectro, comprobarás la intensidad lumínica del mundo que nos rodea. Eso es lo que pretende el HDR, visualizarlo tal y como es, con las lógicas restricciones actuales y por supuesto la creatividad de la obra.