No escalan. El chip DMD de los DLP de 0,47 es 1080p, pero al igual que reconstruye el color proyectando secuencialmente los tres colores primarios, también proyecta los 8,3 millones de píxeles moviendo secuencialmente el chip cuatro veces. Para tu ojo es invisible la reconstrucción del color, también lo es la creación de los fotogramas 4K. Es tan rápida que literalmente solo ves una imagen 4K en todo su esplendor.
Diferente es la tecnología en los Epson, Sony o incluso JVC. Sus paneles LCD no pueden ser tan rápidos como los chips DLP, y limitan el e-shift a solo dos movimientos. Por lo que la reconstrucción que hacen del 4K se queda solo en 3K reales.
Mira en este video, queda super clara la diferencia:
Y para sorpresa de muchos, en lo único que gana el JVC que tenía al Valerion es en la profundidad de los negros. En nitidez y luminosidad el Valerion es muy superior. También los JVC se tienen que calibrar profesionalmente (suele costar unos 450-600 euros), con la desventaja que hay que repetirla cada seis meses, según lo uses, pues se van desajustando. Eso no pasa con los DLP. Una vez calibrados se desajustan con el tiempo muy poco.
La cuestión del tamaño del DMD, es únicamente para disipar la energía del haz de luz concentrado en él. Si vas a necesitar 10.000 lúmenes, un tamaño de chip más grande de 0,47 será menos propenso a tostarse y disipará mejor el calor.
Con 3000 lúmenes y una fuente fría como la laser, los chips de 0,47 van perfectamente sobrados y son mucho más baratos de producir.
Creo que ya era hora que aparecieran matagigantes como estos. Es prácticamente inasumible la compra de un proyector con estos precios para un cine en casa. Un precio hinchadísimo para justificar únicamente la exclusividad.
Se nos vienen tiempos muy buenos para la tecnología DLP.
¡Ah! ¡Y lo de la tontería del efecto arcoiris..! ya son ganas de ir jodiéndose la experiencia. Si los buscas los ves, claro que si... al igual que puedes ver las desalineaciones miicrométricas de los paneles D-ILA... Es una tontería fijarse en eso, pues en el momento en que dejas de darle importancia literalmente los dejas de ver y no te importan. Toda tecnología tiene sus imperfecciones, tenemos que aprender a disfrutar lo que nos ofrecen en vez de buscar compulsivamente sus fallos.