Está explicado, pero va de nuevo.

El color se debe dar luego de una mano de aparejo (base, imprimación o cómo se llame en vuestra tierra). Existen usualmente de varios colores y hay algunos especiales para plásticos. Lo ideal sería en color plata pero es muy dificil de encontrar. El próximo ideal yo considero que es el gris.
Luego de la imprimación, darle el color. La pintura debe ser de buena calidad para que sea flexible. Puede ser un sintético o un acrílico al agua con el que algunos compañeros han reportado buenos resultados destacando que practicamente no hace olor.
La aplicación debe ser en varias capas muy livianas. Una vez lograda la cobertura, no insistir. Se trata de aplicar la mínima cantidad de pintura posible. Dejar secar entre manos. Ojo con el satinado. Venden un matizador para agregar a la pintura que hay que usar con precaución porque modifica el color haciéndolo virar al marrón.

Bricoconsejo: si es posible, la pintura es ideal soplarla. Con un equipito de ésos de pared de baja presión y alto caudal (sobre los €50) alcanza.
El tinte se debe diluir antes de echarlo a la pintura. Remover bien luego para que no vayan a quedar lamparones.
El resultado se obtiene en base a limpieza. Cuánto más limpia esté la superficie y el ambiente de trabajo, mejor resultado se obtendrá. Es limpiar-lijar-limpiar-lijar-limpiar-base-limpiar-color.
Si se va a dar aparejo gris, antes de dar color yo recomiendo hacer una prueba de proyección. El gris es, por supuesto, neutro y muy mate. Da un excelente resultado.
Cómo sea, si se da color hay que asegurar que el gris sea NEUTRO. Si no se tiene claro cómo es un gris neutro, en Amazon venden por €2 unas tarjetas para balance de blanco en fotografía digital dónde la gris es neutro al 18%.
Armarse de paciencia e ilusión.