A ver, hay que aclarar algunos conceptos porque ésto dicho así puede confundir al personal.
La pantalla gris por sí sóla no hará milagros. Ayudará a controlar los reflejos espurios pero tampoco es la panacéa. En un ambiente familiar no dedicado (tipo pesadilla) funcionará mejor que una blanca, sin duda. Pero tampoco es que sea la puta solución.
Ésto es así y siempre se dijo así. Nunca, nadie, dijo ni pudo siquiera insinuar que la diferencia entre una pantalla blanca o una gris iba a significar el día y la noche en la imagen. Vuelvo a decir: ayuda, pero no hace milagros.
La pantalla ALR para un ambiente no dedicado es una excelente solución. Es cómo qué, por fin, llegó algo nuevo y bueno para la proyección hogareña.
Claro que no tiene sentido en un ambiente dedicado dónde tampoco tendría sentido una pantalla gris más allá que para buscar negros cuándo el equipo es un DLP, pero para una sala familiar es una maravilla.
Claro que estamos hablando de pantallas que cuestan, en algunos casos, el precio de un equipo de proyección modelo de entrada (leí por ahí a alguien que pagó €45 por una tela ALR y luego se sorprendió de que no funcionase), pero la inversión vale la pena si se necesita.