Si te sirve de consuelo, no vas a poder comparar ni tan siquiera 2, ni 3, ni 5 pares de cajas distintas en tu casa.

Cuando compramos las que decidamos, siempre te queda la duda de ... y aquellas otras, o las otras o las otras.

La realidad es que cuando llegan las elegidas, y las usas varios días, se te cae la baba y los ojos se humedecen y la boca presenta esa sonrisilla que piensas ... ¡qué flipe ... como suenan!

Esa fue mi sensación con las Gold 100.