Introducción
Para poder hacer esta review, me he desplazado a las instalaciones del importador Chemison, cuyos responsables han tenido la deferencia de adaptarse a mis horarios y preparar previamente todo el material para poder efectuar la audición de la mejor manera posible. Para ello, cuentan con una sala grande y espaciosa, muy bien acondicionada acústicamente, cuyo único inconveniente es precisamente la cantidad de metros cúbicos que las diferentes cajas deberán llenar. Al margen de este detalle, la verdad es que las amplias instalaciones de Chemison admiten tener montados varios equipos simultaneamente, lo cual facilita, por ejemplo, la posibilidad de hacer comparativas cambiando simplemente la dirección de los sillones. Teniendo en cuenta las diferentes marcas que importan, creo que me quedaré con esta última idea para una posible próxima vez.
A estas alturas, poco sentido tiene presentar a la Proac Studio 140 Mk2. El conservadurismo de la marca británica permite identificar inmediatamente cualquiera de sus cajas. Aunque también es cierto que circulan por ahí clones chinos, o no tan chinos, que afirman montar los mismos transductores que las originales. Pero no parece que esto le pueda importar mucho a Proac, que permanece inmutable con su clásico y sobrio diseño cuadrado. Estéticamente, la marca britànica construye cajas grandes, sólidas y bien acabadas.
Concretamente, la Studio 140 es la columna de acceso de su catálogo. Está por debajo de la serie Response aunque hay que aclarar que la gama básica de Proac se posiciona a un nivel parejo a la gama media o medio/alta de otros fabricantes. Al menos en precio, ya que la pareja cuesta alrededor de 2.700 euros.
Más novedosa y desconocida es la electrónica Densen, en este caso, compuesta por:
Reproductor CD B475 Super Leggera con fuente de alimentación separada, previo B200 PLUS y la etapa B320 PLUS de 100 W de potencia nominal. El PVP global de estos componentes está sobre los 12.000 euros. Probablemente, están un eslabón por encima de las Studio 140 pero, por sus características técnicas, optimizan el rendimiento de las Proac y serán muy adecuadas para la prueba que nos ocupa.
Lo cierto es que me han sorprendido mucho los componentes de esta marca danesa por su impecable diseño minimalista. Los materiales empleados y los acabados denotan una gran calidad muy por encima de productos incluso más caros. Su contemplación invita a pasar el dedo por los perfectos ángulos rectos para comproban si cortan. Recomiendo especialmete al futuro comprador de esta firma danesa, que opte por la terminación metalizada, que transmite mucho mejor las excelencias del exclusivo diseño nórdico.
La audición
Conozco bastante los monitores Studio 100 y Studio 110, mientras que el primero de ellos me parece un ejemplo de equilibrio y calidad dentro de su categoría, el segundo, sorprendentemente, creo que involucionó a un sonido más enclausurado o más oscuro, quizá por su tamaño contenido. De hecho, ya no aparece en la web de Proac . El caso es que, antes de empezar la audición, de las columnas, había dos aspectos que quería verificar o descartar: el primero la sensación de poco aire que noté en el monitor, el segundo, el carácter presuntamente chillón que a veces se ha atribuido a la marca inglesa.
Para hacer la primera toma de contacto, empezamos con el bajista Marcus Miller en Renaissance (2.012), El amplificador Densen, que llevaba horas de calentamiento, ataca con decisión y las columnas no se quedan atrás. El sonido fluye con potencia y dinámica más que suficientes al ritmo del bajo de Marcus. No notamos síntomas de encerramiento y los instrumentos eléctricos y acústicos son restituidos con facilidad y aire a su alrededor.
Cambiamos radicalmente de registro con Rebekka Bakken. Morning Hours (2009) es una especie country audiófilo de origen escandinavo. La voz de Rebekka suena cálida, transparente y se acerca mucho al micro. Nada está fuera de su sitio. Lo mismo sucede con Bruce en Devils, aunque ahora su peculiar timbre vocal tiene más cuerpo y autoridad, por algo es el “boss”.
Tenemos, en general, la sensación de los graves son muy correctos pero que no llegan a bajar como otras columnas de tres o, incluso, dos vias. Me estoy refiriendo concretamente a los subgraves, que pueden resultar algo recortados. Para comprobarlo, introducimos en el lector de cd Densen el disco Breathless (1978) de Camel. Conozco bien las difrerentes pistas y sé que en “Down on the farm”, en algunos equipos, el bajo eléctrico apenas se oye. No ocurre nada de eso con las Proac y puede seguirse perfectamente la linea de acompañamiento. Tambíén hay que recordar que estamos en una sala muy grande y que en una sala doméstica el las bajas frecuencias, sin duda, quedarían reforzadas. Sorprende gratamente cómo estas columnas de elegante y clásica presencia se transforman para empujar el ritmo y la melodía de la mejor época del rock sinfónico.
Por último, vamos a forzar un poco la situación con la trompeta de Roy Hargrove en Earfood (2.008). La formación de quinteto nos permite apreciar la buena escena que articulan las Studio 140. Los músicos están bien posicionados y los instrumentos de viento metálicos no perforan nuestras orejas en ningún momento. El equilibrio tonal es muy natural, quizá un poco escorado hacia la parte alta, pero es algo sutil y no siempre detectable en todas la grabaciones.
Conclusiones
Las Proac studio 140 son unas columnas polivalentes tanto por el genero de música que son capaces de reproducir, como por los diferentes tipos de amplificadores que admiten (incluidas válvulas). Su alta sensibilidad y ese punto de brillo, las hacen muy fáciles de mover. A pesar del bass-reflex trasero y los dos transductores de medios/graves, tampoco se nos antojan dificiles de ubicar en diferentes salas. Creo que no tienen ninguna arista ni una marcada personalidad en un sentido u otro. Son transparentes, pero sin hacer nunca fuegos de artificio con las frecuencias extremas. Quizás, en algún momento, hubieramos preferido un punto más de espectacularidad, pero es evidente que su vocación es la de perseguir un sonido natural y fiel a la grabación original. Son un valor seguro de una marca que no tiene que demostrar nada. Por precio, se posicionan en una franja de reñida competencia pero, su mejor baza es ese equilibrio general que no decepciona en ningún aspecto. No defraudarán.
Manel Segarra