Planteas un tema muy interesante.
Creo que el signo de los tiempos está muy presente en ello.
En el pasado, no era raro que usáramos altavoces de suelo "pequeños" como monitores, compensando la eventual pérdida de bajos con la colocación. De hecho, mantengo unos LX50 como tales, con un resultado muy satisfactorio; tres transductores, tres vías, sonido pleno.
Creo que la aparición del SW como elemento frecuente y "natural" en las combinaciones de sonido, muy marcadas por el fenómeno del cine en casa, han replanteado tanto funciones como tamaños; y el mundo digital, las configuraciones de corte de frecuencias y demás elementos que antes eran propios de gurús hoy son moneda corriente, siendo una pareja de monitores el caso paradigmático de descarga y complemento a través de SW, quedando las columnas como algo que puede o no beneficiarse de su presencia según los casos, ya más cinéfilos, ya más melómanos.
No es cuestión de traer nostalgia de tiempos pasados aquí, pero creo que no pocos altavoces actuales presentan unas carencias que el marketing ha convertido en necesidad de SW. Y no digo que tal elemento no sea útil o incluso imprescindible, especialmente en cine, pero también ha servido de pretexto para presentar configuraciones de venta nuevas, con efectos discutibles en música estereo.
Una cosa es cierta; la presencia de sistemas 2.1, ya en columnas o en monitores (especialmente con éstos) han redimensionado el mundo del audio, tanto en beneficios económicos como en configuraciones. Y, curiosamente, la configuración del SW se hace tan crítica que en no pocos casos y cuando no se consigue el equilibrio adecuado en el corte, el resultado es poco convincente. Por eso, sigue sin extrañarme que muchas personas sigan siendo escépticas y echen de menos estructuras de altavoces de otros tiempos, tanto en monitores como en columnas.
Saludos