Pero, pese a todo, no me identifiqué con ellas porque lo que ha sucedido con las Pulsar Audio es algo relacionado con una mala sinergia entre las cajas, la sala, el tipo de música que escucho y, sobretodo, mi propia apreciación subjetiva del sonido. Insisto en la casi perfección de estas magníficas columnas M-18 a la hora de reproducir una buena grabación. Pero, el caso es que yo escucho afro-latin-jazz y también jazz-fussion (Chick Corea, Billy Cobham, Al di Meola...) En este tipo de música tan o más importante es la sección rítmica como la melodía principal. Las Pulsar tienen una respuesta exquisitamente fiel y plana y con la acústica de mi sala parece que no me transmitían la emoción del ritmo trepidante de ese tipo de música. Yo entiendo que es una cuestión quizá más subjetiva que real. Para haceros una idea, es como si con las Pulsar escucharamos unos muy buenos auriculares, es decir, transparencia, detalle, ausencia de coloraciones, etc. pero sin aquella pegada de los conciertos en directo. No obstante, puedo decir que las M18 no tienen ningún problema en sí mismas ya que estuve haciendo audiciones en Studio-22 con excelente resultado y otros foreros también pueden testimoniarlo. Además, el trato, servicio y asesoramiento de Studio-22 es absolutamente perfecto y con un gran sentido comercial que les ha llevado a admitir mi devolución pese a reconocer que las columnas no tenían ningún problema. Soy consciente que cualquier otra opción que pueda adquirir a ese nivel de precio estará por debajo de la calidad de las Pulsar, pero supongo que deberé encontrar un equilibrio entre una cierta espectacularidad en las bajas frecuencias y una mínima calidad audiófila para cuando reproduzca jazz acústico y voces (en eso verdaderamente las M18 son insuperables a su nivel de precio). Creo que no debemos olvidar que los cacharros (ampli, cajas...) son simples vehículos que transportan la música que es lo importante. Y la música nos tiene que llegar emocionalmente, es decir, independientemente del nivel técnico de la calidad de la reproducción. Yo busco, más que nada, esa emoción que te hace olvidar el equipo y te sumerge en la propia música... Y ello lo he de conseguir en mi sala, porque las cajas puedo cambiarlas pero mi casa no.