Iniciado por
lemg
Paredes, esquinas, rincones... Cada dos superficies paralelas (paredes, suelo y techo) tiene una frecuencia fundamental cuya longitud de onda coincide, más sus armónicos (frecuencias múltiplos enteros) hasta unos 200 Hz. Todas estas frecuencias son los modos de cada sala (hay más como mencioné, estos son los modos axiales, los que vienen determinados por cada dos superficies, pero existen los tangenciales y los oblícuos, que implican más superficies, aunque suelen obviarse porque son de menor intensidad, aunque menor de alteraciones de +/- 18 dB sean también considerables).
Cuando la longitud del eje de la sala coincide con la longitud de onda, esta recorre el mismo camino en cada reflexión, es decir, la sinusoide que describe tiene siempre sus máximos y mínimos en las mismas posiciones espaciales, siendo siempre máxima en los extremos, los límites de esa sala; paredes, suelo y techo. Esta sobrepresión a esas frecuencias estacionarias (esos +/- 18 dB) se suman a la señal que emiten los altavoces.
Por ello si colocamos el foco origen del sonido (altavoz) cerca de una pared, estamos excitando al máximo las frecuencias estacionarias que coincidan con su eje perpendicular, si lo hacemos cerca de una esquina excitamos al máximo las frecuencias estacionarias que coincidan con sus dos ejes perpendiculares (esquina implica dos superficies perpendiculares entre sí), y si lo hacemos cerca de un rincón excitamos al máximo las frecuencias estacionarias de todos los ejes de la sala (rincón implica unión de todas las superficies perpendiculares entre sí de una sala con forma paralelepípeda, la inmensa mayoría de salas domésticas).
Lo mismo aplica al punto de escucha, pues nos situamos nosotros (nuestro oído que es en definitiva el que escuchará ese sonido) en esos puntos de máxima sobrepresión que imprime la sala a dichas frecuencias modales. Basta reproducir ruido rosa y que nos movamos por la sala, acercándonos a paredes, esquinas, rincones, y escuchando lo que pasa a ciertas frecuencias bajas, cómo varía la presión sonora percibida en función de dónde nos situemos, sin variar el volumen en nuestro AV o amplificación.
La ecualización es un buen aliado para mitigar este efecto, pero ni es el único, ni hace milagros. Primero, ha de ser lo suficientemente potente para que resulte efectivo (número de muestreos, paramétrica y a medida en cada sala), pero como cualquier solución, tiene un límite y existe un compromiso entre costo y efectividad. Además, los decrementos de presión (nodos) son complicados de solucionar. Y el rango de corrección (generalmente +/- 12 dB) a veces es insuficiente en según qué situaciones. Por todo ello, la correcta ubicación de altavoces y punto de escucha, es lo ideal previo a la ecualización en cualquier sala, sobre todo si es dedicada, para minimizar el efecto de las estacionarias y facilitar la labor de la ecualización activa.
Esa es la razón física por la que no basta una recomendación genérica, mucho menos si esta se basa en "acercar a las paredes, esquinas o rincones" que si es por desconocimiento, aún sin compartirlo, se entiende. Lo que no entiendo es por motivos interesados en marcas, fabricantes, comerciales... Claro que "vende" más si te dicen que puedes poner el subwoofer (me vale cualquier altavoz que baje más allá de los 200 Hz genéricos) en la esquina y encima ganas graves, un lugar muy cómodo en hogares porque no "estorba" a nadie.
Saludos.