Vendo un cable con una capacidad para amarfilar simplemente demencial, así como para crear un sonido con una humanidad... ¿qué digo holográfica? ¡real!. El otro día, sin ir más lejos, un golpe de bombo me dio entre las piernas con una fuerza gravitatoria universal, creándome una paranoia tal que no sabía si estaba en casa o en medio de la Filarmónica de Berlín.

Todo esto tiene su razón de ser por el trenzado del cable, con un olor a arroz basmati capaz de darle un sonido afrutado hasta al concierto "Made in Japan" de los Purple. En el cajetín de cada tirada de cable, hecho a base de finas texturas plásticas, múltiples enanitos audiófilos no paran de hacer el amor en grupo para crear un calor sin igual en el resultado final, resultando un sonido no ya sólo real, holográfico y humanizador, sino con la variante del amor... sí, amigos, el amor; el calor producido por el jincamiento continuo de los enanitos del amor (llamados así por el grupo "Maná") aporta al sonido final un calor valvular entre intrínseco y extrínseco, pero sin llegar a ser uno u otro. En definitiva, un placer para los sentidos (para alguno más que otro, ¿eh? pues el cajetín tiene un tamaño considerable así, a pelo) capaz de convertir los quejidos de Silvia Saint en la propia Silvia Saint en tu propia sala de escucha.

Esta maravilla de la ciencia se llama MIT TERMINATOR 3 (para las cajas, con unas medidas de... de.... mmmm.... creo que de 2,75 metros por cada lado), y se regala por la interesante cantidad de €180, tan sólo usados durante unos meses y con su embalaje original.

En otras palabras... Silvia os espera, chiiiicooooos....