Lo habitual es dimensionar la corriente que entrega una etapa para que pueda dar los watios especificados en una resistencia. Pero encima ni algo tan sencillo se hace bien... porque se calculan los Amperios RMS, no los amperios de pico, ya que un amplificador va a trabajar con una suma de señales senoidales. Para dar 100W en una carga de 8 Ohm son necesarios 28 Voltios RMS y 3.5 Amperios RMS, pero esta onda senoidal van a necesitarse picos de 40 voltios y 5 Amperios.
Resultado, a nuestro oído esos 100W no le van a sonar a 100W porque se producirá una compresión de la señal, se generarán armónicos de orden impar en fase con el armónico fundamental, principalmente 3º, que restarán potencia eficaz a la onda entregada y con más efectos perniciosos a nivel psicoacústico: los armónicos de orden impar hacen suave al sonido. Comparen el sonido de una trompeta (pares e impares) con el de un flautín (impares), también, se puede comprobar fácilmente con configuraciones push-pull de altavoces, bien en cámaras isobáricas o en baffles W o H. Y se puede comprobar que 5 A de pico son 3.5 RMS con onda senoidal, pero hay que estar preparado para dar ese pico porque ese pico tiene información valiosa para nuestro cerebro.