Para evitar la venta masiva de dólares en el mercado, EEUU no solo tiene la política del garrote mediante la guerra, sino también la de la zanahoria. La reserva federal de EEUU aumentó en los últimos dos años las tasas de interés catorce veces. Al aumentar las tasas de interés, sin embargo, aumenta también el peso de las deudas gigantescas. A partir de la mayor caída de la bolsa de valores en la historia entre 2000 y 2001, habían bajado las tasas de interés a niveles reales negativos. La especulación podía seguir y esta vez en el mercado inmobiliario. De esta forma se generó una burbuja impresionante en el mercado inmobiliario a escala mundial. La burbuja no tiene precedentes en la historia tanto por la magnitud del alza en los precios de los inmuebles como por la cantidad de países involucrados. En términos de valor la actual burbuja es más grande de la historia, afirma la revista The Economist (18 de junio de 2005:13).
La mayor burbuja de todos los tiempos explotaría, sin embargo, con un continuo aumento de las tasas de interés. En un momento determinado los consumidores dejan de poder comprar inmuebles ya que debido a las elevadas tasas de interés dejan de tomar hipotecas. La gente se torna más cautelosa. La demanda de productos bajará y la crisis de sobreproducción estallará. Ese momento la revista estima probable para el año 2006. El anuncio de que en enero de 2006 la Reserva Federal aplicaría la última alza den la tasa de interés llevó a que China anunciara que diversificaría la canasta de sus reservas internacionales. Es entonces que se planea el ataque a Irán. Irán es uno de los principales proveedores de petróleo de China. A su vez, la reserva federal vuelve a aumentar las tasas de interés. Si la crisis no estalla adentro, entonces lo hará afuera. Es este callejón sin salida el que constituye la verdadera causa de la guerra.
Hay muy pocas opciones que le quedan a la actual administración Bush para evitar una crisis sistémica. Una opción sería retornar al patrón de un sistema de tipos de cambio fijos y una conversión de las obligaciones financieras mundiales, es decir, que EEUU pague sus obligaciones (LaRouche, «El papel indispensable que tiene EEUU en garantizar el futuro de la civilización», septiembre de 2005:9). Ésta no es la estrategia elegida por el actual gobierno en Washington. La segunda opción consiste en imprimir dólares en forma descontrolada, política ejecutada a partir de marzo de 2006 como ya hemos visto más arriba. La tercera opción es la privatización de los recursos nacionales y su venta al exterior, política que impulsa el FMI en los países periféricos, pero cuya opción se puede descartar en EEUU. Esta estrategia resultó inoperable con el rechazo a la oferta de Emiratos Árabes Unidos en 2006 de manejar los puertos en EU. La cuarta opción consiste en el rechazo del pago de la deuda. Esta opción está mucho más cercana de lo que uno se puede imaginar. Una parte no despreciable de la deuda interna de EEUU es financiada por la Seguridad Social. La privatización del Seguro Social tiene como objetivo el no pago de esa deuda. Está por ver además hasta qué punto EEUU asumirá las deudas a los demás países del mundo. Como último recurso queda, como ya vimos, la guerra prolongada. Todo nos indica que la estrategia económica del gobierno de Bush se dirige hacia la guerra global.