Nunca seguí sus hazañas como montañero y sólo de unos días acá he seguido su dramática situación en el monte Annapurna. No podrá agradecer a otros tres que se lanzaron frenéticos a salvarle.

Afectados cerebro y pulmones, hoy su cuerpo dijo basta a 7400 metros de altura y sus padres desean que descanse para siempre en la montaña.

'Tuvo una hermosa muerte', diría un samurai...