Ignoro si al fondo de esta sala se ha abierto algún hilo al respecto o si, por el contrario, no se ha tocado aún cuando falta poco más de una semana para la HG.

¿Qué creéis?

He leído esta mañana un comentario al respecto que me gustaría compartir con todos:

No termino de ver clara la huelga general del próximo día 29. Y hay muchos motivos que me llevan a dudar de que esta iniciativa tenga algún tipo de trascendencia. Partimos de la misma convocatoria, que se hizo hace meses. ¿Por qué no se hizo la huelga general entonces? No entiendo este receso al que nos han obligado los sindicatos. No sé si ellos mismos lo entienden. Si esto es una huelga contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno y ya aprobada en el Congreso hace unos días, la presión podría haber sido efectiva antes de que dicho plan finalizara su trámite parlamentario. Ya no tiene ningún poder. Hacemos huelga. ¿Y qué? Ya no es más que un pataleo. Cuando se convocó la huelga contra el decretazo del Gobierno Aznar se consiguió que diera marcha atrás porque la reforma no había sido aprobada definitivamente. Ahora no sirve de nada. Bueno, sí, para que a todos los trabajadores nos den de baja por un día de la Seguridad Social y nos descuenten una cantidad de dinero de nuestros exiguos salarios.

Vamos ahora a los convocantes. Los sindicatos. Es obvio que se trata de organizaciones que han dicho palabras muy importantes en la historia de las relaciones laborales y que sin ellos no estaríamos aquí. Pero aunque habrá de todo en el mundo, no lo dudo, no conozco a nadie que me haya contado que un sindicato haya hecho algo realmente valioso por él. Mi experiencia laboral habla de que teníamos más poder los compañeros unidos (poder que, al fin y al cabo, era mínimo) que si acudíamos a nuestro enlace sindical (que vivía maravillosamente bien con la seguridad de que jamás sería despedido y sin preocuparse de que su trabajo, escaso, tuviera el nivel mínimo aceptable para seguir en su puesto). No me inspiran mucha confianza los sindicatos, por noticias que uno ve de vez en cuando como ésta, pero también por su financiación y por el desfase que hay entre su modo de vida y el de que aquellos que dicen proteger (y que, sintiéndolo mucho, no veo que protejan).

Sigamos en parte con los sindicatos para hablar de los bandos de esta huelga. En las informaciones que uno lee sobre los actos que están convocando los sindicatos para calentar el ambiente antes del día 29, los gritos que se oyen son "Zapatero, dimisión". Y aunque es Zapatero quien está detrás de la reforma, lo cierto es que no me quito de encima la sensación de que este huelga es mucho más política que económica o social. Me da la impresión de que hay muchos políticos haciendo cola para apuntarse el tanto de esta huelga general, aprovechándose de muchos que creerán que están luchando por sus derechos y por mucho que no suponga cambio alguno en el mercado laboral o en la situación económica de los trabajadores. Y si encima leo que la huelga para los políticos va a ser casi como aquellas huelgas de cachondeo que hacíamos en el instituto y que no eran más que novillos encubiertos de reivindicaciones (los políticos huelguistas sí van a cobrar el día aunque no lo trabajen), se me siguen quitando las ganas de apoyar la convocatoria.

Y llegamos a otro punto clave: el enemigo. ¿Contra quién se convoca esta huelga general? Después de lo dicho anteriormente y de lo que se habla desde fuentes políticas y sindicales, está claro que la huelga es contra Zapatero y su Gobierno. No es por el trabajador, es contra el Gobierno. Y no me parece lo mismo aunque muchos lo vean así. No me gustan las medidas adoptadas en la reforma laboral de Zapatero, eso está claro (aunque habría que valorar cuántas medidas nos han venido impuestas con más o menos fuerza desde Europa). ¿Pero está ahí el problema de la crisis? Yo lo sigo viendo en el mismo lugar de siempre. En los salarios, en los escasísimos salarios que perciben trabajadores que han pasado muchos años de su vida formándose y que ganan menos que personal no cualificado de otros sectores. En los bancos, esos que no dejan de presentar beneficios millonarios y que se lanzan a grandes aventuras de compra de otras entidades o de patrocinio de eventos deportivos, pero al mismo tiempo lloran dinero a los estados y ahogan al cliente que menos tiene a base de cobrar comisiones y denegar créditos. En los empresarios que con tal de ahorrarse unos pocos euros deciden aprovecharse de sus trabajadores, en cuanto a horarios, en cuanto a salarios y en cuanto a condiciones laborales.

¿Tiene de eso la culpa Zapatero? Igual sí por no meter mano en el asunto como debería, pero a mí me ha hecho más daño siempre mi jefe que el presidente del Gobierno. Quizá tendríamos que pasar más tiempo pensando en la situación del trabajador y en la actitud del empleador que en la crítica al poder político. Y no digo que ésta no se haga, ni mucho menos, pero sinceramente la crítica no va a mejorar las condiciones laborales de nadie, especialmente si la respuesta en la calle llega, como decía al principio, después de que las medidas se hayan adoptado y tras dejar un enorme e incomprensible plazo de tiempo. Además, ya ha habido una huelga, la de funcionarios, y tuvo escaso seguimiento, a pesar de que este colectivo es uno de los más afectados por los recortes del Gobierno.

Y un detalle más que afectará sólo a algunos sectores. Muchos trabajan día a día y sus labores se van renovando en cada jornada. Pero otros muchos trabajan con plazos y objetivos. La huelga no va a afectar esos objetivos, con lo que el daño al empresario tirano con el paro del día 29 va a ser nulo. Simplemente, cada trabajador tendrá que trabajar un poquito más en los días siguientes o anteriores para llegar a tiempo a los plazos, hará horas extraordinarias que tampoco le pagarán o incrementará su tiempo de trabajo en la jornada, perpetuando el mito (con mucho de realidad) de la escasa productividad en España, el mito de que el tiempo que pasamos en el trabajo no lo pasamos necesariamente trabajando. O quizá, en otros sectores, sólo provoque que quien no haga huelga ese día tenga que hacer su trabajo y el de algunos compañeros. Esto quizá es el aspecto más nimio y anecdótico de la huelga en terminos de trascendencia general, pero seguramente también el más cercano a la realidad de muchos trabajadores.

¿Huelga general? Es un derecho de cada uno. Para mí es una convocatoria muy dudosa. Por usar un eufemismo.


Saludos,
Jgtx.