Intentaré primero buscar (y saber) qué es lo fideligno. Mi ensoñación (porque no sé si esto es posible) es encontrar un sonido que me envuelva y que a la vez tenga su espacio definido alrededor mío, que cada una de las frecuencias se complemente con la otra y me cree un espacio tridimensional en el que yo me sienta inmerso. No sé de cuánta pasta estoy hablando o (prefiero creer) de que conjunción de variables (equipo, sala, fuente reproducida, estado de ánimo, capacidad auditiva...) necesarias se tenga que dar para lograrlo.
A raíz de algún comentario he estado trasteando por matrixhifi. Encontré la definición de hi-firexia: en medicina, el término hi-firexia (del british hi-fi, un prefijo que denota gasto, y "όρεξη" (orexe) que significa apetito), la hi-firexia o adicción al high-end, es el término usado a menudo para describir una condición en la cual una persona genera una insatisfacción y su consecuente necesidad obsesiva de lograr un sonido mejor, ya sea gastando dinero en nuevos componentes para el equipo o invirtiendo en la acústica de la sla, que nunca puede alcanzar al creer tener un sonido inferior al posible. Aunque el término "hi-firexia" ha sido comúnmente utilizado por los medios de comunicación y varios doctores para describir el síndrome, tanto el propio síndrome como la palabra, no han sido ampliamente aceptadas por la comunidad médica, considerándose para muchos un argot. Los hi-firéxicos siempre tienen la absoluta certeza de que comprando nuevos componentes el equipo sonará con ese color que, después de varios minutos de escucha, consideran que le falta a su equipo; gastarán dinero, ahorrarán si no lo tienen, se lo quitarán de comer si es necesario y modificarán indefinidamente los cables, amplificadores, reproductores, altavoces, etc, en una espiral de gasto, audiciones, y consultas en foros especializados que no tendrá fin; en casos extremos llegan a asegurar que encuentran diferencias sonoras evidentes ante el cambio de unos cables de 10€ por unos de 2500€, pero aún así eso no será suficiente; a la larga podrán llegar a pagar por sus equipos más que por sus viviendas. Como la tanorexia (nunca se ven lo bastante bronceados) o la vigorexia (nunca están lo suficientemente musculados), la hi-firexia puede llegar a ser grave y debe tratarse.
Me he sentido algo reflejado porque aunque no paso de ser un simple escuchador reciente con un equipito muy humilde, me doy cuenta de que algún ansia del más y mejor se me ha introducido en los afanes: encuentro una configuración de sonido que me parece muy aceptable y al día siguiente ya estoy buscando una mejor. Empiezan a rondar por mis "y si..." compras de altavoces o amplificadores, acondicionamientos acústicos, grabaciones extraordinarias, que con toda seguridad me llevarían a la completa insatisfacción del momento después... La enfermedad del quiero más y más. Mientras tanto la música sigue sonando convertida en frecuencias que se abandonan de sí misma. Vamos, todo un entretenimiento para conciencias acomodadas.
No obstante (dure lo que dure este ansia) escuchar música mientras os leo es bastante agradable.
Salud