Tengo serias y fundadas dudas sobre lo justas que pueden ser las decisiones judiciales. Como (casi) todos. Pero lo cierto es que en una sociedad en la que las libertades personales están cada vez más subordinadas al "bien común", la capacidad de maniobra de cada individuo es cada vez más limitada. De hecho, la acepción de venganza contenida en el Diccionario de la RAE es "satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos". Satisfacción que no pocas veces la justicia nos quita y no nos devuelve con sus decisiones. Venganza no es revancha ni rencor, es satisfacción. Y todos vivimos, unos más y otros menos, de ella.Iniciado por Lobolopez
En aras del suspuesto "bien común", se toman decisiones, cuando menos, arbitrarias. Y no podría ser de otra manera por la propia subjetividad inherente a un sistema que depende, en última instancia, de criterios y valoraciones de personas que se basan en códigos más o menos delimitados pero asimismo escritos por seres humanos. Codigos por otra parte que pretenden "objetivizar" las componentes subjetivas de las sociedades en que se enmarcan y de las cuales dimanan. Sin embargo, la cuestión es porqué una persona que ha causado un mal, en ocasiones irremediable, a una o varias personas, y por tanto a su sociedad, y no ha sido castigado en la misma medida gracias a la "objetivización" de la justicia, no revierte a esas personas afectadas, o a su sociedad, un beneficio que compense el daño provocado.
Deploro la pena de muerte como acto inútil que es. Y, a dia de hoy, no concibo que alguien pueda considerar una satisfacción la muerte de otro ser humano, aunque sea un asesino. Siempre he pensado que tener a mil fulanos dando vueltas en un patio es un desperdicio. Cuestan dinero y no generan ningún tipo de beneficio. Además de ser un mal ejemplo para otros proclives a delinquir. Hay entre ellos mucho talento y suficiente fuerza bruta como para hacer muchas tareas y trabajos que SI revertirían, al menos, en la sociedad a la que han hecho daño, ya que no a las personas que han padecido sus actos.
Respondiendo a Alv,el modelo estadounidense es brutal pero, paradojicamente, justo de acuerdo a las leyes que lo rigen. Si el asesino se salvó de ser asesinado ipsofacto por su acto, gracias a la justicia, que disuade a cualquier afectado de "tomarse la idem por su mano", tendrá que soportar los avatares de la mencionada justicia que, entre recursos, moratorias, súplicas y demás, puede postergar su condena más de veinte años. O salvarlo.
Saludos