Mientras no acabemos como en el cuento aquel:

"Abuelo, usted está enfermo. Debería ir al hospital"

"¡Al hospital! ¡Ni pensarlo! ¡Allí se muere la gente!"

Lo cual, de paso, es rigurosamente cierto desde el punto de vista estadístico*.

Pero en fin, ya se sabe aquello de las pequeñas mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas.

* Ejemplo clásico de confusión entre correlación y causalidad.