De Juzgado de Guardia, sin duda. Tienes mi apoyo José.
Y me alegro de tu postura respecto a las "sala de hostias". Ella no solo exige gran nivel dialéctico sino mucho tino, pues fácilmente zaherimos algo muy preciado, la estima. Y el riesgo de que lluevan hostias es que, de tanto llover, se queden limpios los cerdos y sucios los hombres.