No creo que a nadie le guste que le recorten sus derechos pero desde mi punto de vista, no es ése el problema.

El problema es que es España cualquier tipo de contrato es fácilmente rompible (mercantil, de arrrendamiento o hasta matrimonial), pero el laboral, no, es enormemente difícil y caro pero sólo para una parte, la que contrata.

No conozco ningún caso en el que cuando una empresa va bien y sus trabajadores son buenos, se les despida. Si una empresa necesita empleados, contratará. El problema es que ahora no puede pagarlos, no es que no se lo merezcan, es que no puede y como tampoco puede despedirlos porque no tiene dinero, la empresa se ve abocada a su destrucción y eso está pasando.

Si tienes exceso de oferta, habrá que adecuarla a la demanda en precio y cantidad pues si no, no consigues romper el desequibrio, independientemente de que hay que tomar medidas para que la demanda crezca y para que eso ocurra, lo primero debe de ser dejar de quitar recursos del sector privado al público y, en todo caso, hacerlo al revés. Por eso, es necesario equilibrar el presupuesto, hecho al que los sindicatos se oponen, más que nada porque perderían sus prebendas.

Si los sindicatos dijeran que renuncian a sus millonarias subvenciones y que se van a financiar mediante las cuotas de sus afiliados en pro de que hayan más recursos para la economía a fin de generar empleo, sus discurso podría ser coherente, pero ni lo dicen ni les he visto censurar los ERES fraudulentos y millonarios de Andalucía, luego su mensaje es falso.

El primer derecho a garantizar del trabajador es que pueda trabajar por un salario digno, no que cobre si no trabaja (que también) y estos sindicatos han apoyado una política económica que ha destruido 3,5 millones de empleos, luego su discurso a mi no me vale. Quieren ganar en la calle la legitimidad que no les ha dado las urnas, como siempre, vamos.

El problema del estado del bienestar es que estamos a punto de destruirlo porque no hay para pagar dicho bienestar, de modo que o generas riqueza para financiarlo o se acabó y eso parece que no entra en la cabeza. Si estas medidas se hubieran tomado cuando el anterior gobierno negaba la crisis, hoy habría no menos de un millón y medio de trabajadores más en activo.

Por eso, mi voto es no a esta huelga que proponen estos sindicatos, que han sido incapaces hasta de movilizar este Domingo a sus propios liberados, que ya eso por sí sólo les descalifica ante mi y me resulta de un bochorno tan injustificable como increíble.

Saludos.