Cada vez estoy más convencido. Entre políticos y gente de vida pública es directamente proporcional, cuanto más beatos y anti-maricones y pro-familias, más viciosos, petaculos y puteros son.

Una cosa es el miedo a reconocer su condición y otra que desde la más podrida hipocresía ataquen a quienes están en la lista de ser atacados.