En aquella época todos dijeron ''pelillos a la mar, yo no revuelvo en tu pasado y tu no revuelves el mío, nos ponemos la careta democrática, y a seguir chupando, eso sí, elegidos por las urnas''. Menuda farsa, todavía nos la estamos comiendo. Y muchos todavía se la están creyendo, que es peor.