Pues un cabrón menos en el mundo, como Pinochet... pero es que la pena de muerte no arregla nada, aparte del hecho de que casi todos sus crímenes no serán juzgados.
Supongo que muchos se alegrarán por el hecho de que haya sido ejecutado, pero este hecho en sí convierte al Estado que lo condena en el mismo monstruo que ha sido él: se aprovecha de su posición de superioridad frente a él y lo mata, sin posibilidad de defenderse.
Pura venganza, nada de justicia, que es lo que se necesita. Y todo esto sin contar con las más que probables nefastas consecuencias que esta acción tendrá, sobre todo para el pueblo irakí. Además de cornudos, apaleados: le sufrieron en vida y van a sufrir (y mucho) su muerte.
Desgraciadamente, esto no es una buena noticia (al margen de que hay un dictador menos en el mundo, claro).