https://www.elconfidencial.com/alma-...nesia_1910262/
Un gran articulo sobre Hernan Cortes y nuestra historia relacion con Mexico como pais.
Los españoles de bien amamos a los mexicanos porque han sido nuestra segunda madre ante situaciones adversas para nuestro país, siendo ellos por propia iniciativa los que se han ofrecido a ayudarnos en esos momento críticos –léase emigraciones de principios del siglo XX, la Guerra Civil española con el auxilio de Lázaro Cárdenas y otras coyunturas desfavorables para nuestra nación–, algo por lo que debemos a Méjico respeto y agradecimiento eternos.
¿Qué odio subyace ante el mestizaje mejor resuelto de la historia de la humanidad?
nos encontramos de bruces con el Holocausto Azteca; esto es, formas de canibalismo y sacrificios que rondaban las fronteras de la locura o de la barbarie simplemente.
las masacres causadas por los aztecas contra los pueblos sometidos en su entorno mesoamericano –Totonacas, Txitximecas, Txascaltecas, etc–, causan pavor incluso si las comparamos con genocidios más recientes.
Ahora bien, si recurrimos a las enfermedades de trasmisión vírica como el sarampión o la varicela por ejemplo, hemos de entonar el mea culpa con acompañamiento de cilicios y flagelos, porque ignorábamos que llevábamos el infierno dentro. ¿Somos responsables de los más de entre ocho y diez millones de muertos ocasionados por esta tragedia microdemoniaca? Sí. ¿Sabíamos que éramos portadores del Apocalipsis, del Armagedón o del Ragnarök? Pues no, señor López Obrador.
Más de 200.000 prisioneros anualmente cedidos “voluntariamente” por los pueblos limítrofes eran pasados por la “piedra” sin muchos miramientos.
señor Obrador y por su distinguida trayectoria política, se le pide respetuosamente que sea un estadista y no un político vulgar y corriente. Estamos hablando de naciones hermanas con muchísimos mimbres en común elaborados a lo largo del tiempo.
con un currículum como el de usted, que con una honestidad garante de su integridad como persona, siendo alguien que roza la excelencia como humanista que es y así le consideramos muchos españoles –incluido este escribano–, por favor, deje de marear este tema sacado de quicio pues no conduce a nada, sino a enfrentar o confrontar las emociones de dos pueblos con tan buena sintonía,
'Holocausto Azteca' (sería más correcto decir mexica) son pavorosos, no solo por el montante contable de las masacres, sino por la crueldad con que se ejecutaron incluyendo en el sumatorio a mujeres y niños de muy corta edad que poco o nada tenían que ver con los rituales y peculiaridades de la Guerra Florida sino que en adición había muchos elementos de canibalismo que acentuaban el horror hasta cotas insoportables. Muchos historiadores han negado que existieran hechos relacionados con la antropofagia, pero las Crónicas de Relación que acompañaron a Hernán Cortés contrastadas todas ellas por especialistas no españoles o los llamados hispanistas ingleses como Gibson o Preston, dejan claro que estos terribles episodios eran más que frecuentes.
Entiendo que antes de pedir cuentas a terceros por la violencia –lamentable por otra parte– que emana de la acción derivada de la guerra, sería bueno evitar la catarata anual de asesinatos (una media de 30.000 al año en todo el estado mexicano, cifra que decuplica la existente en Europa incluyendo a la población rusa)
Le recomiendo a usted como historiador –pues considero que tiene una laguna sobre este particular–, que se deje asesorar por los excelentes historiadores que tiene Méjico para que le expliquen que Cortés pasaba por allí y se le sumaron millones de seguidores de los pueblos masacrados por el hegemón mexica, lo que nos conduce a reconocer que lo ocurrido no fue otra cosa que una guerra civil descomunal
Ya en el año 1521 en los registros del soldado y cronista español Andrés de Tapia el Gran Templo del terror contaba con más de 60.000 cráneos en su estructura.
Tras extraerles el corazón en medio de un griterío infernal en el que la víctima interpretaba los solos, allá abajo donde acababan las infinitas escaleras de aquellos templos donde se ceremoniaba el terror más puro, se les rebanaba la cabeza y ensartándola en un palo que sumado a otros varios centenares ornamentados con aquella dantesca visión, configuraban los famosos Tzompantzil. El trayecto para aquellos desgraciados acababa en una especie de mercado -el Calpul -de abastos donde la carne residual de los mutilados hacía las delicias de los ávidos comensales.
Saludos


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