Bromas aparte con el perro salchicha, en más de una ocasión me he planteado que haría si un perro 'respetable' decidiera ir a por mí.
¿Patadas?
¿Puñetazos?
¿Cervicales al viento en plan Schwarzenegger?
Y va y alguien es capaz de hacer lo más difícil, echarse al cuello y morderle.
Con una jirafa o un avestruz hay margen, pero con un perro no.
Que debe costar aguantarle la cabeza sin que te muerda la mano.
Incluso a un cocodrilo, cual Tarzán, le pillas la boca bajo el sobaco y te deleitas con la parte blandita...
En fin, cuesta...
Un saludo.