Y aún siguen viniendo venezolanos (sobre todo a Canarias) alabando a Chávez y su ¿sistema de gobierno?... aunque han venido corriendo, con lo puesto, con miedo a que les descubran, dejando a su familia e hijos atrás; un país en donde tu vida vale lo que cueste el reloj o los zapatos que lleves puestos. Pobres cabecitas, amarfiladas por ese teorema chiflado de la Revolución que les quiere vender el gurú de la estupidez y lo grotesco.