Lamentablemente, así es.

Como suele suceder, todo apunta a que en esta ocasión, la retórica de la insurreción, acabará en farsa. Máxime cuando, tras proclamar la República, se fueron todos los líderes insurrectos de fin de semana, la primera vez.

Es curioso como el señor Torra, sigue con el cuento de la "democracia", y el "mandato" del primero de Octubre, arropado por el 47% del voto popular y 70 diputados. Cuando son necesarios al menos 90, para proponer un nuevo Estatut, según las reglas democráticas en vigor.

Que imagine el señor Torra que un nuevo partido español, el Partido Unionista, dirigido por un carismático y populista lider, el señor X, gana las elecciones en España con el 47% del voto, y mayoría absoluta en el Congreso. Lleva en su programa electoral abolir las autonomías y hacer de España un país centralizado. Aunque no tiene, ni de lejos, la mayoría para promover un cambio constitucional, convoca un referéndum ilegal para acabar con las autonomías, al que acude el 40% del censo electoral, pero obtiene el voto favorable de una mayoria de ese 40%, y un "mandato".

A continuación, desaparecen las autonomías, empezando por la de Cataluña, y cualquier intento de oponerse a esta medida, se enfrenta a miles y miles de activistas del Partido Unionista, que han tomado las calles en toda España.

Supongo que, en la mente del señor Torra, esto sería "democracia" en acción.

Señor Torra, así no.

Tienda la mano a la mitad de Cataluña que no comparte sus planteamientos, y al resto de España, donde hay muchos ciudadanos que pueden apoyar parte de sus planteamientos, (otros no lo harán, como es su derecho) pero desde la legalidad, y el diálogo, no embarcándose una vez más en un procés unilateral, y condenado al fracaso, tanto en su improbable victoria final, como en el daño que va a seguir haciendo en el camino.