No confundas defenderse con quejarse, amigo Chicote. Yo no me quejo en absoluto de mi trabajo, ya que soy el primero en decir que es mucho mejor que en otros en "términos absolutos" (aunque tampoco es esa especie de paraíso celestial y ese oasis donde encontramos fuentes de las que fluye la ambrosía que algunos quieren hacer ver que es).

Un ejemplo. Hace un rato, volviendo del gimnasio he pasado delante de unas obras (en Zaragoza hay unos 3.000.000 de ellas) y había 3 o 4 operarios clavando tablones y poniendo ladrillos gordos de estos de los bordillos de acera a pleno sol y con los 36 grados que tenemos hoy aquí. Eso es tremendo e incomparable con el curro de profe, y seguro que antes se vendrían ellos a mi lado que irme yo al suyo, si pudiésemos elegir. Pero la comparativa tampoco es posible, porque ¿cómo valoramos la carga física que supone ese trabajo frente al esfuerzo mental que supone el otro? No se pueden sumar peras y manzanas.

Esta es una de las, o quizá la principal razón por la que abrí este hilo: siempre que se habla de la docencia en general surgen los estereotipos del "demasiadas vacaciones", "bah, además funcionarios, esos buitres", o "para las horas que hacen, demasiado cobran". Los que más te estigmatizan y con más desprecio te miran suelen ser precisamente aquellos que no tienen ni zorra idea de cuántas vacaciones tienes, cuántos años has pasado formándote o de cuántas horas a la semana curras. Esto no es exclusividad nuestra, todos sabemos que el más ignorante suele ser el más atrevido a la hora de pontificar acerca de casi cualquier tema.

Cuando te espetan todas esas tonterías saltas (yo cada vez menos) y tratas de defender tu trabajo y de explicar a todas esas mentes cerriles que la mayor parte de lo que dicen está basado en topicazos infundados. Ese debate suele ser en vano, porque ni es posible razonar con quienes no tienen capacidad de raciocinio, ni merece la pena tratar de derribar un muro de hormigón armado a cabezazos. El muro siempre acaba venciendo.

"Pos" eso, que si en un momento determinado y ante quien está tratando de convencerte de que eres un parásito social y un miserable por el hecho de ser profesor o maestro tú expones las problemáticas inherentes al ejercicio de enseñar, no significa que te estés quejando. Tan sólo expones hechos y alguno de esos hechos cierto es que son las cosas malas que conlleva tu trabajo, que las cosas buenas ya las conocen, o al menos creen conocerlas todos.

Yo adoro el aula, pero la adoro más con alumnos que estudian...

p.d.: ya sé que huelga decirlo, pero repito una vez más ninguna de estas reflexiones va dirigida a ninguno de vosotros (si acaso sólo las buenas...).

p.p.d.: los médicos, esos sí que viven bien. Sueldazos brutales e inmerecidos, se tapan entre ellos los errores, se cambian los horarios como quieren, se escaquean de la mitad de las guardias . Encima, !funcionarios¡ (que más de un 40% sean interinos y laborales no cuenta).