La Constitución da al Rey el papel de moderador o árbitro de los conflictos políticos, y creo que ese papel lo cumple a la perfección. Tal como está el patio, estoy convencido de que si esa tarea lo tuvieran que ejercer algunos políticos que todos tenemos en mente (cada uno los suyos) no lo harían de la misma forma imparcial.
Anacronismo, sí. Pero, en la práctica, no está siendo una mala solución.