Yo, y todo el mundo de mi edad que recuerde, lo estaba antes de la famosa propuesta y la prohibición en Cataluña. Pero hablo de décadas antes.
Lo que está claro es que como admitió desde el principio Salmengar, el haberse criado en zonas rurales o cercanas a este mundo hace más proclive a ser aficionado/defensor, mientras que los urbanistas mascoteros lo verán como una aberración. En términos generales y con sus excepciones, como todo.
Y puede existir gente que le gusten los toros pero no los defienda. Bueno, yo sólo conozco uno. Le encanta la estética de la fiesta y todo eso de lo que habláis, pero le remueve las tripas lo que se le hace al animal.
Equiparar un insecto que pica para defenderse, a esto:
es un nivel de troleo que este foro no había conocido al menos desde que yo pululo por aquí.


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