Desde luego LG la está cagando pero muy mucho.

Ya no hablo de paneles defectuosos, joder, todas las empresas pueden tener un fallo de fabricación, pero la atención al cliente es FUNDAMENTAL. Si en vez de responder positivamente se hace justamente lo contrario, es pan para hoy y hambre para mañana. No sólo pierden nuevos clientes que con los malos comentarios se echan para atrás en la compra, sino que además pierden fidelización de los clientes que ya tienen.

Deberían considerar la devolución de estos paneles como una inversión en márketing y no como un gasto que les merma sus cuentas.

Yo tengo una LG de agosto 2018 y desde luego sin estos problemas que comentáis. Estoy supercontento con mi TV.

Pero tengo claro, clarísimo que nunca más compraré LG. ¿Por qué si me ha salido un panel muy bueno? Pues simplemente porque si en la siguiente no tengo esta suerte sé que me lo voy a tener que comer con patatas o pegarme con ellos hasta quedarme exhausto y desde luego que no estoy dispuesto a correr ese riesgo.

Así que, señores de LG, ya saben, han perdido un cliente.