Camaradas. No sé a vosotros, pero a mi esto de que últimamente salga tanto juego post-apocalíptico me está empezando a dar mala espina. Demasiada casualidad. Es que vamos a ver... ¡Hasta de Mickey Mouse están haciendo un juego con esta temática! ¿Nos estarán entrenando de forma velada en busca del supersoldado ante una eventual Tercera Guerra Mundial? ¿Serán los jugadores que hayan conseguido todos los Trofeos de Oro en Fallout 3 los únicos que sobrevivirán en la Tierra además de las cucarachas? Son preguntas que dejo caer justo antes de ponerme manos a la obra con este nuevo juego post-apocalíptico: Borderlands.
La gente de 2KGames nos ha cedido una versión no definitiva del juego para que podamos empezar a empaparnos de la arena del desierto y es con ella que os hemos preparado este avance antes de que llegue a las tiendas a finales del próximo mes de octubre.
En apariencia Borderlands es un frenético juego de acción en primera persona, pero detrás de sus rápidas escaramuzas en plan Quake late el mecanismo perfectamente preciso de un juego de rol. Así, esta última creación del estudio tejano Gearbox Software (Brothers in Arms) se caracteriza por combinar dos géneros como son el de los FPS y el de los RPG. Destaca también su particular estilo visual estilo dibujos animados y además está muy enfocado para las partidas en multijugador en cooperativo. En otras palabras y para que os hagáis una idea, es como si llenamos un olla de Fallouts 3 y le echamos un puñadito de Unreals Tournaments y una pizquita de Afro Samurai y Prince of Persia (el último, el que no te mueres).
Dicho esto pulso START y lo primero que veo es lo primero que debería verse en un juego de rol: la pantalla de selección del personaje. La postal es muy atractiva, se ve a los cuatro candidatos a bordo de una especie de furgón que se dirige a todo trapo hacia algún destino desconocido. Un tal Marcus los va describiendo y de fondo suena una clásica y siempre resultona melodía guitarrera fronteriza. El diseño de estos personajes está muy logrado, todos tienen mucha personalidad y se diferencian bastante, algo que es vital pues nos hartaremos de verlos. Así, tenemos al soldado, al cazador, el bersérker y la sirena. De todos ellos se nos describen muy por encima las armas predilectas y su habilidad especial. Mi apuesta por el personaje tanque, el bersérker, es clara; después de un día de duro de trabajo lo que más me apetece es, como dirían los zombis españoles del Resident Evil 4: asplastarrr. Es escogerlo con el botón y ya está, olvidaros de atributos, asignar habilidades o escoger el color de la perilla; el rol está presente pero lo que subyace es un juego de acción de gatillo rápido así que ¡al loro!
Empiezo a jugar y todavía no sé nada de nada. Me encuentro en medio de un terreno yermo, hay algunas cabañas que parecen formar un campamento, muchas verjas, tumbas en medio del camino y una especie de Wall-E sin carisma que se hace llamar CL4D-TP (aunque él prefiere que le llamen Clay Trap). Lo primero que intento es pegarle un tiro al robot (todavía tengo secuelas de viciarme al Morrowind) pero desgraciadamente no pasa nada, es invencible, así que tocará escuchar lo que tiene que contarme. Después del clásico tutorial al final, esta chatarra cobarde (el cabroncete se esconde cuando se huele el peligro) me deja en paz y ya puedo continuar solo. Igualmente sigo sin saber nada de nada, no sé si en la versión final se incluirá alguna especie de escena introductoria pero de todas maneras encuentro enormemente sugestivo no saber nada de nada de la historia y que mis únicas posibilidades de interacción con el entorno se reduzcan a robar y matar (no exagero).
De vez en cuando aparece una especie de narradora en la esquina superior de la pantalla que me recuerda a la tipa del Halo 3 que siempre se te aparecía cuando ibas fatal de vida. Explica algunas cosas que parecen muy interesantes, pero lo único que consigo pillar es que estoy en el mundo de Pandora, que la gente desconfía de mi y que si quiero encontrar un objeto que denominan la cámara debo ayudarles. Después de estas palabras me sugieren que ayude a un tal Doctor Zen, así que me dirijo a su choza.
¡Menudo colgado que es doctor Zed! Este personaje es el responsable de la tienda de curaciones donde iremos a recuperar vida y tiene como mostrador a un cadáver sobre una camilla. Es un poco macabro, pero hay que reconocer que lo tiene bien montado. Sin ir más lejos, tiene su propia red de puestos de venta donde podremos recuperar vida y comprar los llamados shield (escudos), que a modo de chalecos antibalas nos servirán para aumentar nuestra absorción de daños. Es el primer personaje con el que interactuamos y como era previsible nos da una serie de misiones. Este es el tipo de interacciones que podéis esperar en este juego (o al menos las que he podido ver durante mi partida), meras transacciones que nos llevaran a realizar diferentes encargos, cosa que me parece correcta, porque de lo contrario pausaría demasiado el juego y de momento el ritmo está siendo alto, como cabría esperar de un juego de acción.
Cuando el día muestra sus últimas luces en la ciudad de Fyrestone salgo a realizar las tareas que me han encomendado y que son los típicos trabajos rastreros del tipo eliminar a X número de bandidos, recoger tal pieza, etc. Es entonces cuando advierto que Borderlands está plagado de algunos tópicos de videojuego de esos que yo catalogaría como entrañables. ¿Ejemplos? Barriles explosivos (¡ojo! con distintos efectos: fuego, corrosivo y eléctrico), animales que te atacan y que cuando los eliminas ves que llevan encima munición para la escopeta, y demás. Ya me entendéis, puro lenguaje de juego de acción. Lo que ya no es tan habitual –y menos en un FPS– es que al disparar a los enemigos les vayan saltando numeritos de todas partes correspondientes al daño que les hacemos, que subamos de nivel en medio de un tiroteo, o que si tenemos puntería y los dados invisibles están de nuestro favor les sorprendamos con un crítico. Es aquí donde se manifiesta el toque RPG de este título y lo cierto es que, aunque algo limitado en opciones, me parece que está muy bien integrado.
La dificultad me parece lo suficientemente bien ajustada para que estas primeras tareas no me parezcan algo aburrido, al contrario, me matan en un par de ocasiones y es por esta circunstancia que topo con el sistema de reconstrucción de Hyperion. Y es que en Borderlands hay una compañía que por un módico precio es capaz de resucitarte para que sigas armándola por este mundo que, de momento, solamente se nos ha mostrado como un paisaje árido (esperamos que haya otras ambientaciones). Por el módico precio de 8$ me resucitan y sigo con la aventura.
Con el botón SELECT accedemos a los menús de mapa, inventario, armamento, etc. Es en esta interfaz desde la que nos tendremos que equipar con las armas que prefiramos, ponernos los shields y aplicarnos todas los implantes que creamos necesarios. Asimismo, desde estas pantallas controlaremos también las habilidades que vayamos aprendiendo, la mayoría de las cuales serán pasivas. La que no es pasiva, desde luego, es la habilidad de mi bersérker de aplicar un suave masaje de puñetazos. Se trata de la habilidad principal de personaje, como lo es la la torreta escorpión para el Soldado, el Bloodwing para el Cazador y el movimiento en fase para la Sirena.
Realizo unas cuantas misiones más y la verdad es que me ha dejado un buen sabor de boca, pero todavía me falta lo más importante: el multijugador cooperativo. Esta es, sin ningún tipo de duda, la gran baza de Borderlands. Hasta 4 personas podrán llevar a cabo el modo Historia formando una cuadrilla o unas cuantas más verse las caras en trepidantes modalidades de competición. Sin haberlos catado del todo no puedo hablaros con propiedad de estos modos, pero por lo visto en vídeos como este y lo comentado con otros compañeros del sector, parece que esta será la gran baza del juego. Además, es cuando jugamos con otros cuando cobra especial importancia la presencia de vehículos al estilo Warthog de Halo, sobre los que podremos montar varios jugadores para divertirnos como si fuéramos una ángeles del infierno dentro del mundo de Mad Max.
De momento lo único que creo que habría que mejorar es la poca variedad de las misiones, pero el resto me ha transmitido unas buenas vibraciones, así que habrá que estar atentos cuando llegue a las tiendas. Eso sí, saldrá en un momento en que no lo tendrán muy fácil dada la gran competencia. El propio jefe de Gearbox, Randy Pitchford, declaró hace poco a Eurogamer que se sentía "totalmente aterrorizado" por el hecho de que Borderlands es una nueva saga y saldrá precisamente en una época del año que acostumbra a estar cargada de novedades. Nosotros querríamos tranquilizarle, porque de momento la cosa pinta bien y uno tiene bastantes ganas de probarlo en multijugador cuando llegue a las tiendas.