Estamos asistiendo al fracaso de la estrategia occidental en la lucha contra el virus. El baile y el martillo.

Demasiado baile, y cuando llega el momento, no se tiene la resolución necesaria para pegar el martillazo.

En todo Occidente, no sólo en España. Aquí somos simplemente los peores, o cerca de ser los peores, pero ni mucho menos los únicos.