Esa hipótesis ya la formulé aquí en otro mensaje, la de aquellos que se han ido a trabajar fuera porque no existía aquí opciones para ellos y ahora los reclaman desde nuestro país con unas condiciones laborales peores. Curiosamente parece que la cuestiones que afectan a la moralidad solo deben aplicarse a grandes fortunas y no a los ciudadanos normales.
Evidentemente el Rubius ya no va a volver ni su labor es dar lecciones de moralidad a nadie (ni nunca lo ha pretendido), es un empresario y trabajador que quiere mejorar sus ingresos, exactamente igual que todo el mundo. Pero esto no es un mundo de blancos y negros en los que la gente son insaciables máquinas de acumular riquezas, siempre existe un equilibrio entre varios factores que te hacen tomar una decisión. Yo no estoy en la cabeza del Rubius o de nadie, pero está claro que si además de pagar unos tributos sustanciales te hacen la vida imposible es un acicate más para recoger los trastos y mudarte a otro sitio. Todos sabemos como es el mundo real y no es imposible saber que un inspector puede hacer una interpretación más "amable" y comprensiva de la fiscalidad para hacer más atractiva su permanencia. Esto no significa que sea el factor más determinante para su elección, pero es uno más. Mi experiencia con este tema y el de otra gente con el que tengo contacto es que existe una gran disfunción con esto de las inspecciones y las leyes tributarias. Ojo, no digo que sea fácil y que yo tengo las soluciones o que el cuerpo de inspección sea la gestapo, como en todos los sitios hay de todo. Pero hay que saber que los inspectores tienen incentivos por los expedientes realizados y cero responsabilidad (o cercana al cero). Un inspector te levanta un acta, entras en litigo y llegas a los tribunales que dictaran una sentencia en 3, 5 o 7 años, recuperas el dinero pagado por adelantado (con los intereses que correspondan) y el inspector sale con las manos en los bolsillos a seguir realizando otras inspecciones.
Es evidente que hay diferencias de criterio sobre aplicación de las normativas fiscales, pero esto tampoco se trata de descubrir el asesino de Kennedy. Una normativa fiscal que es un maremagnun incomprensible y contradictorio en muchos casos y una aplicación tan discrecional de las normas están detrás de todo esto y algo un poco más tenebroso, la utilización política por el gobierno de turno de la inspección de hacienda (vamos chicos !!!, que hay que recaudar un 30% mas este año). Estamos en cifras de un 50% de casos perdidos por hacienda en los tribunales, cifras que son espectaculares y que solo tienen dos lecturas; los inspectores no saben aplicar su propia normativa o tienen consignas muy claras. Yo tengo un amigo que trabaja en la asociación esa de asesores fiscales de España y me comentaba que algunas sentencias de los jueces son sonrojantes por las cosas que dicen sobre los procedimientos y las normativas fiscales. A ese 50% tienes que sumarles todas las actas que son aceptadas por las empresas y contribuyentes por las condiciones "ventajosas" que te ofrecen (hasta un 55% de reducción de multas) y las pocas ganas de meterse en un procedimiento que solo te va a provocar desgaste y pérdidas de tiempo. Aquí ya no se trata de mi experiencia o de la anécdota de fulanito, son ratios preocupantes que hay que solucionar por el bien de todos.
Esto no lo digo en el sentido de que hacienda es muy mala y los contribuyente muy buenos, es complejo, difícil de tasar y de ejecutar, pero lo primero que habría que hacer es asear la normativa fiscal y hacerla comprensiva, clara y fácil de aplicar a todo el mundo. Esta confusión y complicación solo beneficia a los más preparados (o los que pueden contar con los mejores servicios de asesoramiento) y a una hacienda que mediante una normativa confusa y ambigua le permite marear al contribuyente para sacudirlo a voluntad.
Saludos