Pues empezamos mal. Periodismo de cloaca. Salmen, siento decir que me tenías equivocado. Ya sabemos lo que opina el glorioso líder del periodismo y los medios de comunicación si no le son afines. Muy en su línea leninista. Se empieza dudando y atacando al periodismo y terminas permitiendo solo el diario Arriba o el Pravda, según toque.
En cuanto a la biografía redactada por su club de fans ..... ¿y que?. Solo me indica una cosa, que es un iluminado con una formación medianamente decente no muy distinta de la mayoría de las personas que conozco. Si fuera por CV conozco personas con más méritos para ser presidente si ese es el baremo.
Personalmente considero su mesianismo patológico más propio del “glorioso líder supremo” que de un estadista occidental y moderno.
En cuanto a ideólogos, en pobre concepto me tienes cuando consideras que pueda tenerlos, pero allá tú, es cosa tuya, pero ya que lo mencionas no estaría de más que me ilustrarás respecto a cuáles son los tuyos.
Has dejado de manera meridiniamente clara tu posicionamiento con respecto a sus propuestas y postulados que personalmente considero absurdos, nefastos y sacados de épocas pasadas. No tenemos más que recordar su primer discurso en el congreso durante la fallida investidura de Sanchez, parecía sacado de la perorata de un comisario político de una película de serie B de la guerra fría.
Y sobre su tan traída paternidad ...... por favor, que todos hemos sido padres y no hemos pedido que nos suban a los altares como ha hecho el. Su teatro y postureo es absurdo por lo exagerado, que por mucho que quiera a sus hijos seguro que no más que yo a los míos y tú a los tuyos, así que no exageremos que no es una divinidad hecha carne.
Y no olvidemos lo vomitivo y peligroso que me parece un individuo que defiende un régimen como el de Venezuela. Eso ya lo dice todo para descalificarlo como potencial presidente y solo lo legitimaría para enseñar matemáticas, porque darle un sesgo ideológico a 2+2 es difícil aunque a ese tipo de individuos como los dejes capaces son.
En resumen, es un descerebrado peligroso en las antípodas de los principios más básicos de libertad individual, económica, religiosa, de prensa y que solo entiende de propiedad privada si es la suya.