Yo tan solo expongo datos y hechos.
Cuestión distinta es que estos puedan gustar más o menos, pero como suelo decir, la realidad es tozuda.
En cuanto a lo de “la perra gorda” pues tú mismo. Si queremos obviar los hechos que no nos gustan para que se amolde a una realidad ficticia que nos guste más, entonces estamos dejando totalmente de lado la racionalidad para adentrarnos en el mundo de la fe, lo que convertiría la política en una religión.
De todas formas no descarto que haya quien considere la política como una nueva religión a falta de otra cosa en la que creer.