Lo que sucedió en Madrid, y en otras ciudades, el fin de semana era evidente que iba a occurir. No creo que fuera una sorpresa para nadie.

Se ha levantado el estado de alarma varias semanas antes de lo que se debería, y ahora queda esperar que no paguemos las consecuencias en forma de quinta ola. Al menos, con la vacunación que tenemos ya de una parte importante de la población más vulnerable, y que sigue su marcha, es previsible que el número de hospitalizaciones y muertes no se dispare en cualquier caso.