En eso estamos de acuerdo Matías, pero vámonos a los años 90, Inditex está creciendo a buen ritmo y necesita más producción y por su forma de trabajar tiene que ser de rápida respuesta. La propia Inditex, apoyada por Xunta, Diputaciones y ayuntamientos, incentiva la creación de cooperativas de mujeres del rural a las que subcontrata la producción. La necesidad y promesas de trabajo en abundancia hacen el resto, los talleres crecen como setas. Inditex tenía lo que necesitaba, miles de personas trabajando a diario para ellos a un coste muy asumible y que entrega la mercancía en el plazo requerido. Pero las necesidades van aumentando y con ello la exigencia a los proveedores que con deudas por pagar ven como cada vez tienen que facilitar un mayor volumen de prendas y como éstas se pagan a un menor precio. Al prinicipio de los 90 trabajan sobre 140 cooperativas, 6 años más tarde llegan a 250. Llega el 2005 y la política de Inidtex lleva la producción fuera de España y con ello 250 ruinas y deudas por pagar.
La decisión de poner todos los huevos en el mismo cesto no fue necesariamente cosa de esta gente, les prometieron un futuro pleno de trabajo y salieron trasquiladas. Aprendieron a golpes que para "jugar" en la liga de los mayores hay que saber las reglas, estar entrenados y no fiarte de ellos, no eran ni amateurs y estaban jugando con profesionales de la Champions.