Dos grandes películas que encajan bien en esta categoría, el "Ed Wood" de Tim Burton del año 94 y "El Hombre Elefante" de David Lynch del año 80;
Ed Wood (quizás mi favorita de Burton) es una especie de biografía del director Ed Wood que ha pasado a la historia como uno de los peores directores de cine de la historia y que está maravillosamente interpretado por Johnny Depp, describe entre otras cosas la amistad entre él y el otrora famoso Bela Lugosi, el legendario "Drácula" de Todd Browning que estableció el arquetipo del personaje cinematográfico. La recreación que hace Landau de Lugosi es legendaria, de las que pasan a la historia. El respeto, la ternura, la sincera admiración y la consideración del director con la antigua estrella es de tal calibre que resulta imposible no conmoverse en lo más profundo.
Un Bela Lugosi anciano y adicto que nació vampiro pero la vida le guardaba un papel indecente de un declive miserable y sórdido, ignorado en su propia ruina. Ed Wood por el contrario es uno de esos seres imprescindibles, entusiasta, optimista, impermeable a cualquier crítica y absolutamente incapaz para el desánimo. Su amor por el cine es tal que no aplicaba ningún filtro crítico a su propia obra, le bastaba con hacerlas, como si fuera un niño que no necesitaba el refrendo del público, la crítica o el mínimo éxito. Es una obra que a mi me toca muy personalmente porque tenía un amigo con ese carácter, imposible acabar con él o de traerle a un terreno neutral que se aplicaran unas normas mínimamente prácticas. Al final entiendes que él estaba en lo cierto si valoras lo realmente importante en la vida.
Una de las escenas más impresionantes del film;
Yo manejo los hilos !!!, Yo manejo los hilos !!!
El Hombre Elefante es una gran historia sobre la percepción de la monstruosidad humana, lo esquivo del propio término. El asombro ante una persona que es capaz de transformar el dolor, la humillación y la crueldad de tus congéneres en bondad y la felicidad de las cosas bellas. Un médico impresionado ante una personalidad tan generosa que todo lo transforma en agradecimiento y belleza.
Grandes films en blanco y negro en un mundo de colores, donde los detalles técnicos, estilísticos y artísticos se desvanecen ante el poder emocional de sus personajes.
Saludos