De la factoría Showtime (y disponible en Movistar) una miniserie de 6 episodios que se ven de una forma rápida y ligera, “La Ley de Comey”. Basada el libro que el propio James Comey escribio, director del FBI cesado (más bien despedido, “You are Fired) por Donald Trump a los pocos meses de alcanzar la presidencia en el año 2016. Narra los acontecimientos ocurridos unos pocos meses antes de las elecciones y tras la victoria de Trump donde se acumularon un serie de sucesos, como los de los correos de Hillary Clinton, las vinculaciones de Rusia con Trump y algunos miembros de su gabinete y otras tantas sospechas que aquí en Europa se percibió como un lío incomprensible y tremendamente confuso.

James Comey es un personaje cuasi cinematográfico, simpatizante de los republicanos pero con una ética de trabajo calvinista y de una moralidad impecable. Como si fuera un personaje surgido de una película de Capra, alguien entre James Stewart y Gary Cooper, obsesionado en mantener la independencia y credibilidad del FBI. Por momentos vilipendiado por todos y por momentos agasajado por todos. El choque entre la grosería institucional de Trump frente al neutralismo ideológico con el que Comey dirigía el FBI es el núcleo de esta serie.

La serie está desprovista de elementos dramáticos y teatrales para centrarse en los acontecimientos y la descripción de una de las maquinarias políticas más sofisticadas y perfectas que ha alumbrado el mundo civilizado. No es que se presente al FBI como el último baluarte de la defensa de las instituciones democrática de USA (que para eso está el poder judicial) pero de una tremenda relevancia en el juego político en una coyuntura incendiaria, las elecciones presidenciales y la investigación de delitos imputables al presidente de una nación.

Ante las acometidas furiosas de un presidente que desprecia todas las convenciones de buenas prácticas y se comporta como un matón de bar agudizando la delicada posición de Comey y de una institución zarandeada por los políticos de todo signo, la prensa y los mismos fiscales.

Una serie que tiene más interés didáctico que artístico pero que cualquiera que disfrute de la real-politik agradecerá.




Saludos