Cita Iniciado por Vanlose Ver mensaje
The Americans, a mi entender una de esas series que redefinen el medio y lo que se puede esperar de este formato. En mi lista particular figura entre las más grandes obras del medio televisivo aunque por alguna extraña razón no ha conseguido calar en el reconocimiento popular como otros grandes clásicos salvo en la crítica especializada.

Yo diría que comparte algunas características comunes y ciertos paralelismos con “The Wire” aunque lógicamente preservando la identidad de cada una de ellas. En primer lugar se trata de series que transcurren dentro de una cosmología temática inmensa y continuada, donde se representan hechos y acontecimientos sociales e históricos de gran transcendencia, estratificados desde lo particular y local hasta lo global. Sin llegar al nivel enciclopédico de tesis periodística de The Wire pero muy cercano. También es cierto que esta última tiene más elementos de fantasía y ficción que le hacen por un lado jugar con los hechos de forma más libre pero a la vez más arriesgada dramáticamente. Parece como si ambas historias (The Wire y The Americans) recorrieran caminos opuestos, la primera desde el grupo de personajes para explicar los mecanismos sociales y de poder y The Americans desde la confrontación global de ambos bloques en el tablero internacional (el soviético versus USA – comunismo frente a capitalismo) a lo personal e íntimo, dejando entre medias una meticulosa disección de los efectos de ambas sociedades en la familia, la amistad, los hijos, el matrimonio, la paternidad, las creencias e ideologías, el patriotismo, el compromiso, los conceptos de moralidad y bien común, la dicotomía entre los medios y los fines y en definitiva de como la vida real se impone sobre cualquier idea preconcebida.

Otro aspecto que encuentro muy similar es la forma de presentar la historia, tratando al espectador como un ser adulto e inteligente, evitando maniqueísmos y moralejas facilonas para que cada uno saque sus propias conclusiones. Al igual que en The Wire uno termina por comprender que todos (traficantes, políticos, policías, abogados y fiscales y ese largo etcétera de personajes que circulan por la serie) son parte del mismo sistema y tienen las mismas flaquezas morales y comportamientos delictivos pero también las conductas más nobles y generosas que es posible, incluso como sucede en la realidad alternando y simultaneando ambas. Pero ¡ojo!, sin esconder o dulcificar nada, en The Americans no se disimula los atroces acciones de los protagonistas, de hecho contiene algunas de las secuencias más brutales y duras que recuerdo haber visto.

Ambas series comparten también esa cualidad absorbente que te arrastra desde los primeros capítulos hasta el final de la serie como si estuvieras atrapado en la irresistible fuerza de la corriente de los rápidos de un rio. Esto solo es posible cuando dispones de un guion absolutamente prodigioso, como en el caso de estas obras. 6 Temporadas de 13 capítulos cada una de una hora, en la que se mantiene una tensión e intensidad incesante.

El argumento es un tanto esperpéntico si no fuera porque está basado en hechos reales, la inmersión de espías del KGB en la sociedad norteamericana rozando la ingeniería social. Parejas que han sido adiestradas desde jóvenes para formar familias indetectables en la sociedad USA. Aunque esto sucedió en la realidad en los 90 la serie está ambientada en los años 80´s. La serie ha sido creada por un tal Joel Wasenberg (un antiguo analista de la CIA) lo que fundamenta la credibilidad de las acciones de espionaje. Nada de Kung-Fu, cachivaches imposibles y súper agentes en misiones imposibles. Un arco argumental que recoge a Brenev, Carter, Reagan, Grobachov, el atentando a Reagan, Internet (Arpanet !!!), la guerra biológica, los aviones invisibles, la guerra de las galaxias de Reagan, el apoyo a los Muyahidines durante la ocupación rusa de Afganistán, el apoyo soviético a la CNA Sudafricana y a la guerrilla nicaragüense, el Cardenal Óscar Arnulfo Romero y un largo etcétera que llega hasta el colapso económico y social de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviética. Existe como es natural el proverbial pilla-pilla de los espías y el peluquín como un arma de penetración letal.
Indispensable para lograr el verismo de esta historia es el fantástico elenco de actores con que cuenta, un Matthew Rhys magistral con ese aspecto de hombre normal y en permanente turbulencia interior, su mujer (también en la vida real ¡!!), dotada de una personalidad y carácter casi indestructible, el agente de la CIA Beamon con una introversión rozando lo patológico y un grupo de secundarios sencillamente inmejorables.

La música está muy bien seleccionada, alternando canciones y temas bastante evidentes de la época junto a otros que denotan un buen gusto y conocimiento destacable. Especialmente memorable es la sintonía de la serie, una miniatura de un compositor llamado Nathan Barr que sintetiza la escuela clásica soviética con la rítmica norteamericana. No tan extraordinaria como la de la serie “Successión” pero con el mismo efecto, funciona a nivel psicológico como un resorte para ponerte en situación. También reseñables la cascada de imágenes de la presentación que funcionan como un mecanismo subliminal del contenido.




Saludos
Me lancé a ver esta serie después de leer esta crítica de nuestro amigo Vanlose, serie de la que no sabía nada. Debo decir que, por desgracia, para mi, no he sentido esa fascinación que desprenden las palabras de Vanlose. De hecho, me ha costado terminarla.

Voy a señalar los aspectos que me han sacado de la serie y que para mi hace que quede lejos de series como The Wire, The Sopranos, o The Shield, que se ha nombrado hace poco, y que es magnífica, como la anteriores, en algo en lo que The Americans falla, desde mi punto de vista. En todas ellas conectas con los personajes, con los buenos y con los malos, entiendes sus motivaciones, te emocionan, te cabrean, te hacen pensar sobre por qué hacen lo que hacen, etc. pero en The Americans eso no lo he visto, salvo en los dos personajes principales.

Si esta serie merece la pena es por Matthew Rhys y Keri Russell, eso es indudable, pero sin embargo, será por cómo inician su relación esos dos personajes que son "forzados" a crear una familia, o será por sus continuos escarceos, o por sus continuas dudas, no lo sé, pero para mi a esa pareja le ha faltado pasión y el final me ha dejado frío.

Pero bien, como digo ellos son los mejores pero hay personajes que me sacaban completamente de la historia.

Noah Emerich, el vecino agente del FBI. Lo siento, no puedo con sus caras de panoli. Si es que no se enteró ni de que su mujer se la estaba pegando. No es que le diese igual, que también, es que no se enteraba. Su relación con Nina, no sé, es que no entiendo un agente del FBI que ha estado infiltrado en una banda de narcotraficantes que sea tan "parao". Y encima se cargan en la primera temporada a su compañero que era el que tenía chispa. Pero claro, como era de origen sudamericano ...

La hija, ufff, la hija, lo siento, no puedo con ella y sus caritas. Además es que le dan un protagonismo excesivo y el rollo con el cura que luego termina en nada. Eso me parece poco creíble. Para rematar llaman al cura que está en Buenos Aires para preguntarle si sabía algo y dice que no y a la par te muestran a un cura ortodoxo infiltrado por el KGB y no aguanta 5 minutos en un interrogatorio.

Luego tienes a Margot Martindale como contacto entre ellos y la agencia, que podrías haber sacado mucho jugo a esa relación tensa entre ella y Elisabeth y te la quitas de en medio para meter en la tercera temporada a Frank Langella como nuevo contacto, y que a la postre no ha aportado nada destacable, hasta tal punto que posteriormente vuelven a hacer uso de Margot Martindale.

Luego, como digo dan un papel demasiado preponderante a la hija en situaciones que como digo a mi me aburrían y de repente desaparece el hijo, que aparece de higos a brevas jugando a la commodore para finalmente abandonarlo a su suerte. A ver, si lo que queremos es que el espectador vea los conflictos morales, sociales y familiares que puede tener un espía, ¿no trates así a un miembro de tu familia? O bien, haber creado una familia con un sólo hijo. No sé, ahí está Los Soprano, que hasta el primo más lejano tiene un tratamiento digno.

No quiero sonar demasiado fuerte, me parece una serie interesante, pero que no puedo ponerla al nivel de las grandes por este tipo de situaciones que comento.