El interés de Spielberg por Tintín no es nuevo. Era ya un viejo proyecto que deseaba llevar al cine desde los años 80.
Las películas que se habían rodado de Tintín hasta entonces habían sido muy flojas, y Spielberg quería hacerle un buen homenaje a uno de sus héroes favoritos.

El problema fue que a pesar de que Tintín haya sido un boom editorial durante décadas en Europa y haya sido traducido a tropecientos idiomas, en E.E.U.U. era un cómic casi desconocido.
Nada raro teniendo en cuenta la dificultad que tiene un producto europeo para entrar en el mercado americano. Ni siquiera Asterix lo ha conseguido.

Así que el bueno de Spielberg, o las distribuidoras, temieron que la película fuera a ser un fracaso y el proyecto se aparcó.

Ahora, dos décadas después, sea porque a Spielberg le importe tres cojones y se lo pueda permitir, o porque ya conoce a la perfección los resortes de la comercialización, ha decido retomar el proyecto, esta vez en animación.

Y la noticia de que Peter Jackson (otro fan incondicional de Tintín) esté también en el ajo hace que el proyecto tenga muy buena pinta.