Aquí estoy de nuevo.

Javier tío, que me he quedado pensando tras escribir el post anterior y me has dado una pista buenísima: la producción musical como "bien público" *: : Cuando se compone una obra, se imprime la partitura, se interpreta y finalmente se graba, todo ello lleva unos costes digamos fijos, pero una vez que el master está listo, si se distribuye por Internet el coste marginal es próximo a cero. Además el consumo sería más o menos no exclusivo: el que yo me descargue y escuche y disfrute la obra no priva a otro de hacerlo (bueno, más o menos, porque ahí entramos en el mundo de las colas del emule jeje). En ese caso, el coste fijo de producir todo eso se financiaría con impuestos (pero debe ser la SGAE la que recaude? yo diría que no).

Una cosa distinta es que además de la versión Internet se quiera sacar un producto musical "de luxe" consistente en un disco plateado llamado SACD metido en un estuche chulo con cuadernillo y distribuido a través de un medio artesanal, costoso y antiguo llamado "correos". Ese producto SI tiene un coste marginal y su consumo es exclusivo, pues si una unidad la disfruta un usuario no puede disfrutarla otro. Pero no generaría derechos de autor pues al autor ya se le ha pagado. Por supuesto las copias serían libres.

Bueno, os dejo, que tengo que montar unas estanterias para mis SACDs :-)