Evidentemente, la calidad del sonido es un mercado nicho.

Pero en un nicho caben muchas personas.

Para mí, por ejemplo, la calidad de sonido es muy importante. No porque sea algo imprescindible (tengo dos gramófonos que he arreglado yo mismo, y escucho con mucho agrado grabaciones de cantantes de ópera de las primeras décadas del siglo XX), sino porque aumenta mi placer en la escucha, tanto desde un punto de vista sensorial, como analítico.

Y ese mercado, tiene compañías que intentan aprovecharlo. Una de ellas es Qobuz, otra Tidal. Ahora han sacado Amazon Music HD. Y hay un par de compañías centradas en música clásica sin pérdidas.

Por otro lado, cada día es más barato el ancho de banda y el almacenamiento, para el streaming. Y más sencillo, y económico, acceder a material reproductor de calidad.

Lo que ocurre es que no creo que todas las compañías presentes ahora vayan a sobrevivir (y esto suponiendo que Spotify siga en sus trece y no ofrezca música sin pérdidas), y me da en la nariz que Qobuz ha sacado la pajita más corta.